Una cerveza: Quilmes (no es ni la única ni la mejor de aquí). Claro, de la localidad Quilmes en Buenos Aires. Y de allí también el Club de fútbol: Quilmes Atletic Club (así, en inglés). Pero las palabras Quilmes, cerveza, Buenos Aires y fútbol no estaban relacionadas entre sí ni por lejos hace casi 400 años.
Los Kilmes se instalaron en el noroeste argentino. Huyendo de los Incas que los querían dominar llegaron a los Valles Calchaquíes en la provincia de Tucumán. No conocían la cerveza pero le daban lindo a la chicha, que es una bebida para machotes...
Por 1665 se decidió emprender la que sería la campaña definitiva contra el indio en el norte del territorio. No tan embravecidos por la ingesta de esta bebida, sino por su determinación de no ser dominados, fué que resistieron allá arriba por más de 100 años. Sí: 100 años evitando que los colonizadores del Viejo Mundo los doblegaran. Pero finalmente los venció el fusil y la pólvora. Y cuando veían acercarse el fin tomaron la decisión de no tener más descendencia para no condenar a las generaciones venideras al yugo de la exclavitud. Así fué que vencidos, 200 familias fueron obligadas a caminar desde los valles hasta la Provincia de Buenos Aires (1500 kilómetros en épocas en las que no había caminos). Como era de suponer sólo llegaron unos pocos. ¡Puta que sí les hizo falta una birra bien fría para calmar la sed de la caminata!
Finalmente los asentaron en el sur de Buenos Aires dando lugar, en 1769, a la creación de la “Reducción de la Santa Cruz de los Indios Quilmes” (parece que al Virrey la letra K le sonó muy anarKista). Mucho más tarde, casi 200 años después, se creaba la cervecería que lleva los colores de la bandera argentina. Pero la verdad es que los bravos Kilmes no conocieron ni la cerveza, ni el fútbol y no sabían de banderas.
Los Kilmes se instalaron en el noroeste argentino. Huyendo de los Incas que los querían dominar llegaron a los Valles Calchaquíes en la provincia de Tucumán. No conocían la cerveza pero le daban lindo a la chicha, que es una bebida para machotes...
Por 1665 se decidió emprender la que sería la campaña definitiva contra el indio en el norte del territorio. No tan embravecidos por la ingesta de esta bebida, sino por su determinación de no ser dominados, fué que resistieron allá arriba por más de 100 años. Sí: 100 años evitando que los colonizadores del Viejo Mundo los doblegaran. Pero finalmente los venció el fusil y la pólvora. Y cuando veían acercarse el fin tomaron la decisión de no tener más descendencia para no condenar a las generaciones venideras al yugo de la exclavitud. Así fué que vencidos, 200 familias fueron obligadas a caminar desde los valles hasta la Provincia de Buenos Aires (1500 kilómetros en épocas en las que no había caminos). Como era de suponer sólo llegaron unos pocos. ¡Puta que sí les hizo falta una birra bien fría para calmar la sed de la caminata!
Finalmente los asentaron en el sur de Buenos Aires dando lugar, en 1769, a la creación de la “Reducción de la Santa Cruz de los Indios Quilmes” (parece que al Virrey la letra K le sonó muy anarKista). Mucho más tarde, casi 200 años después, se creaba la cervecería que lleva los colores de la bandera argentina. Pero la verdad es que los bravos Kilmes no conocieron ni la cerveza, ni el fútbol y no sabían de banderas.
“...Ya que vas a escribir, dijo: cuenta de mi pueblo. Sólo pobreza y dolor trajo el progreso. La cultura de la traición y los indios en el museo...”
De “Lo más frágil de la locura”. La Renga.
Ruinas de los Quilmes, en Tucumán.
Busquen la historia documentada seriamente, aquí: www.quilmesadiario.com.ar/qlmes_historia.asp
Busquen la historia documentada seriamente, aquí: www.quilmesadiario.com.ar/qlmes_historia.asp
5 comentarios:
Fantastica historia la que nos has descubierto Pelado, muy interesante y de la que debemos aprender mas de una lección, a la salud de los indios kilmes me tomaré luego una cerveza quilmes, que no es ni la única ni la mejor de argentina, pero que ha dado pie a conocer esta historia
gracias
Al leer nuevamente la historia, me volvió a pasar lo mismo que cuando subí a las ruinas hace algunos años, se me llenaron los ojos de lágrimas. Recomiendo desde el alma conocer ese maravilloso lugar, y guardar silencio un rato, mirando el árido paisaje, tal vez, si nos concentramos un poco, podamos oir todavía las voces de nuestros ancestros, de los que tanto debemos aprender.
Completo desconocedor de las cervezas del Nuevo Mundo, prometo dar un descanso a los abades belgas y alemanes para realizar catas de birra trasatlántica. A vuestra salud!
fantastika historia! a ver ke podemos contarte nosotros de alguna cerveza histrionica patria...bueno, mejor lo dejo en las manos de nuestro bardobirril excelsio, chuso, ke seguro nos deleita proximamente con una mahouada o mejor aun, con la verdadera historia de la damnnnnnnnn! mientras tanto, a buscar ma;ana en los supers una kilmes, y beberla a lo indio, descamisado y con la cabellera de mi vecina en la mano....
Interesante historia, Pelao...
me está dando sed!
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