
Hoy salgo a romper una lanza, y a partirme la camisita si hace falta, en este ambiente de marujeo-marujanic en que se han convertido algunas entradas de este nuestro blog, por un personaje que no es precisamente santo de mi devoción, pero que se ha convertido en víctima de uno de los gremios más gañanes que tenemos en España... No me refiero a los abogados, sino a los perro-distas...
Resulta que el bueno de Leo DiCaprio aterriza en Barajas en pasado día 26 de enero, con retraso y con el fin de promocionar su flim "Diamante de Sangre", película que no pienso ir a ver de momento, y cuando se dirige a la rueda de prensa se encuentra con una recua de periodistas patrios pateando el suelo y abucheándolo, dado que su retraso de una hora les ha impedido ir al bar a rascarse el culo, aplastarse un botellín con unas ali-oli, y leer el marca, o lo que podría ser peor, el Ass.
Pues el tío aguantó el tirón y el pataleo de nuestros intrépidos aprendices de Tintín, lo cual hace que aumente mi consideración por él. Lo mismo ocurre cuando reporteros tipo-tomate cargan contra el mejor piloto del mundo de Fórmula 1. Vale que sea un poco sosainas, pero a mi me parece majete, y su profesionalidad está fuera de toda duda. Si lo comparamos con los jugadores de cierto equipo madrileño, que llegan a los partidos apestando a alcohol, y cobran muchos millones de euros (por un momento Fernifunk habrá pensado que hablaba de él...), me parece que podría ser un buen ejemplo, incluso para los jóvenes...
Y vosotros, ¿qué opináis?