Casi un comentario

El título hace alusión a lo publicado por Chuso.
Esto lo empecé a escribir como un comentario a ese post; pero me dí cuenta que iba a ser un poco extenso.

1°- No me parece desacertado o sacrílego usar ese texto o cualquier otro de Cortázar para una publicidad. Después de todo las publicidades de hoy en día están llenas de citas literarias o a las otras artes.
2°- Es verdad: Cortázar nació en Bélgica. Y aunque desarrolló su arte en Argentina durante un buen tiempo, debió exiliarse por razones obvias en Europa a fines de los 70´s. Siempre tuvo , como la mayoría de los que se van de casa, las ansias de volver a ella cuando las condiciones lo permitan. Es una cuestión de apego a lo que queremos y a nuestras costumbres.
Así fué, que con la vuelta de la Democracia en mi país en 1983, Julio Cortázar armó sus valijas e ilusionado volvió a la Argentina, deseoso de contribuir con sus letras a la reconstrucción de una sociedad que durante años debió leer sus libros y los de otros autores a escondidas.
Entonces golpeó la puerta del flamante Presidente democrático, Raúl Alfonsín, para reunirse con él, felicitarlo y demás formalidades. Pero éste no lo recibió. Aún hoy, casi 25 años después, no sé las razones para no haberlo recibido.
Julio, decepcionado (se puede leer su comentario en los Reportajes desde Francia), agarró sus valijas sin desempacar y volvió a Europa.
Como argentino, esa actitud me dió vergüenza tardía. Tardía porque esto lo supe hace pocos años, ya que en aquella época yo era un niño que no conocía la obra de Cortázar y mucho menos las razones de su exilio. Pero esa es la manera en que muchas veces se ha tratado a grandes personalidades en mi tierra, sin razón alguna. Y después nos llenamos la boca gritando "¡Cortázar era argentino, carajo!" Si era argentino entonces lo deberíamos haber cuidado...